Archivo de la etiqueta: Política Chilena

Mamá, cuando grande quiero ser Senador

“Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”

Y pasó. Nuevamente, la clase política lo hizo de nuevo. Sin avisarle a nadie (obvio) se asignaron un aumento de 2 millones de pesos para sus asignaciones parlamentarias. Antes de este aumento, en promedio, cada senador recibía alrededor de 9,3 millones de pesos en asignaciones. Al subirse 2 millones hablamos de un 20% más para el fondo monetario que tendrá cada uno y que podrán gastar bajo rendiciones, facilitando su labor senatorial. Pregúntese usted, ¿Qué haría si le subieran su sueldo en 20%? Aquí me podrán decir “oye, no es un aumento del sueldo, son las asignaciones, que además se rinden”, y tendrían mucha razón, pero cuando uno ha visto las “magias” que se pueden hacer para rendir un ítem, créanme que a nuestros honorables senadores no les costará nada juntar alguna boletas que sirvan para rendir esos 2 millones extra. Pero sabe que, yo no critico que a los parlamentarios de nuestro país se les de plata para asignaciones. Ellos tienen un trabajo importante que hacer, y para eso, tienen que incurrir en gastos varios. Pero, hay cosas que a uno simplemente no le cuadran.

Partamos desde el principio. Primero, quiero felicitar a los parlamentarios de nuestro país. Para los que dicen que son “estúpidos”, no podrían estar más equivocados. Estos honorables decidieron crear un poder independiente a ellos, externo, que le llamaron comisión. ¿Qué haría este grupo de eruditos? Ni más ni menos que evaluar los aumentos monetarios que “sufrirían” los parlamentarios. ¿Entendió la movida maestra? Se la explico. Al tener un organismo externo, “independiente”, los parlamentarios pueden alegar inocencia, pero al mismo tiempo, no pueden hacer (mejor dicho, no quieren hacer) nada para evitar lo que se decida en dicha comisión, por lo que tendrán que (lamentablemente) aceptar lo que digan. Y si el pueblo se enoja, ¿qué dirán los honorables? “la decisión no fue nuestra, fue de la comisión externa”. Brillante, por decir lo menos.

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En la Retina: Respeto, instituciones y autoridades

Respeto, instituciones y autoridades
Por Sergio Villegas

La histeria hipócrita fue mayor tras la toma de las dependencias del Senado por un grupo de alrededor de 50 personas, en el ex Congreso Nacional en Santiago, el pasado 20 de Otubre. En los pasillos de las honorables instituciones se chillaba sobre el daño al país y a la democracia y en contra de la anarquía y el “Trotzkismo Internacional”, peligros ante los cuales podría sucumbir la Nación.

Obviamente que en democracia es esencial el respeto del ciudadano hacia sus instituciones y autoridades. Hasta ahora, al menos, no hemos evolucionado aún a un estado de conciencia e inteligencia colectiva superior que nos permita concebir o aprender mecanismos que regulen y ordenen sin ellas nuestro convivir como sujetos sociales y comunitarios. Pero el asunto se torna hipócrita cuando los que exigen respeto se olvidan que, obviamente, este requiere de reciprocidad y que las instituciones, tanto como las autoridades, deben estar a la altura de las exigencias y los anhelos de sus ciudadanos, que en definitiva son los que las mantienen.

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Cerebro Joven: “No somos antisistema. El sistema es anti-nosotros”

“No somos antisistema. El sistema es anti-nosotros”
Por Karina Jara

El miércoles pasado, una respetada twittera de mi TL escribió en su cuenta: “dónde quedaba el respeto en nuestro país”. Sus dichos provenían del malestar que le causaba la seguidilla de tomas ocurridas en Chile en los últimos meses. Si bien la forma en que ellas se gestan puede ser criticada, el fondo de las demandas (creo) es lo que importa.

¿Por qué? Somos miles de chilenos que estamos cansados de las eternas promesas sobre un sociedad justa. No obstante, el día a día nos enseña que las injusticias siguen y la indignación de la ciudadanía es palpable.

¿No indigna, por ejemplo, el trato que los llamados grandes medios de comunicación otorgan a las demandas estudiantiles? Cuando hay marchas, los noticieros se centran más en los desordenes que generan los encapuchados que en lo que piden quienes marchan pacíficamente por las calles. También está el intento de querer denostar o ridiculizar a los líderes estudiantiles cuando han sido entrevistados por algunos programas de televisión (recordemos el “ninguneo” del que fue objeto Camila Vallejo en Tolerancia Cero).

¿No indigna el doble estándar de nuestros parlamentarios? Mientras algunos critican el actuar violento que ha tenido Carabineros en las marchas, el diputado Gabriel Ascencio no duda en garabatear a una funcionaria policial durante el desalojo ocurrido en la Cámara Baja. Por otro lado, Iván Moreira, quien dice rechazar la violencia contra la mujer, critica la actuación de Ascencio, pero no dice nada del forcejeo que hubo entre su correligionario Enrique Estay con una secretaria del Congreso.

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Cerebro Joven: ¿Creer o no creer?

¿Creer o no creer?
Por Karina Jara

“La única forma posible de que perduren valores tales como la confianza y la prudencia, es a través de un estrecho contacto” (Winston Churchill, político británico).

Creer hoy en políticos es como creer aún en el ratón de los dientes o en el Viejo Pascuero. En algún punto del camino, la confianza en ellos disminuyó considerablemente y los políticos, en vez de hacer una autocrítica seria de por qué el alto rechazo hacia ellos (sólo basta mirar la encuesta Adimark de septiembre), siguen con sus mutas recriminaciones.

Algo está mal y en eso nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, nos damos cuenta. Prometieron hacer y cumplir leyes a favor de la gente pero eso no ha ocurrido del todo y si ha sido así, es porque la ciudadanía ha presionado (caso de la Ley del Postnatal de 6 meses y Ley de Uniones de Hecho por ejemplo).

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Caleidoscopio: Chile: Una democracia mentirosa, eufemística y precaria

Chile: Una democracia mentirosa, eufemística y precaria
Por @LaGuacolda

Mucho se ha escrito respecto de aquella particular característica de la sociedad chilena, en virtud de la cual solemos utilizar expresiones suaves e inofensivas para describir una realidad cruda y desagradable. “Eufemismo”, le llaman.

A primera vista, pudiera decirse que se trata de una práctica inofensiva, o incluso, meramente estética, considerando que el chileno suele ser pobre en el uso del vocabulario, no obstante la riqueza de la lengua castellana. Sin embargo, a mi entender, toda expresión eufemística no es más que un intento por evadir la responsabilidad que a la propia sociedad creadora y usuaria de tal lenguaje le compete a la hora de modificar las realidades que se esconden tras dichas construcciones lingüísticas.

El eufemismo y, en general, toda expresión políticamente correcta reduce el impacto de la imagen mental que se evoca al utilizarla, camuflando la muchas veces cruda realidad de que da cuenta. Lo anterior resulta particularmente grave tratándose de cuestiones de naturaleza política y social. En ambos temas, el eufemismo no solo es evasivo, sino que busca derechamente esconder vergonzosas realidades. Frases como “personas en situación de calle” son el mejor ejemplo de esta idea.

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En La Retina: Su Excelencia

Su Excelencia
Por Sergio Villegas

Todo parecía perfecto para el sector político que no gobernaba desde hace 50 años en democracia. Las gigantografías con el sonriente rostro estilizado y photoshopeado del candidato junto a la estrellita multicolor ya habían deasaparecido de las calles después de la victoriosa contienda electoral. El terremoto, por muy trágico que fuera, significaba también una oportunidad para demostrar a mediano plazo la tan anunciada eficiencia, y de paso serviría de excusa para promesas que eventualmente no se podrían cumplir tal cual se habían prometido. Comenzaba así el gobierno de Sebastián Piñera. Ya a los 5 meses de gobierno se presentó la gran oportunidad para exhibir la excelencia de la Nueva Forma de Gobernar. El rescate de los 33 mineros fue una operación impecable que elevó la popularidad del presidente y de su gobierno a niveles inesperados. Además catapultó a uno de sus integrantes a “Presidenciable”, figura que escaseaba hasta ese momento en las filas de la élite derechista. Paralelamente se entusiasmaba al país con el futuro que pronto vendría, anunciando modernas escuelas modulares, colegios de excelencia, casas anti-tsunamis, financiamientos para damnificados, una revolución en la educación, la reiteración de la idea del candado a la puerta giratoria contra la delincuencia, etc.

¿Cuando comenzó la debacle de la Nueva Forma de Gobernar?. La gloria del rescate duraría solo unas semanas. Su sobreexplotación mediática y farandulera llevaría a la ciudadanía a ironizar el tema.

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