“Cada pueblo tiene el gobierno que se merece”
Y pasó. Nuevamente, la clase política lo hizo de nuevo. Sin avisarle a nadie (obvio) se asignaron un aumento de 2 millones de pesos para sus asignaciones parlamentarias. Antes de este aumento, en promedio, cada senador recibía alrededor de 9,3 millones de pesos en asignaciones. Al subirse 2 millones hablamos de un 20% más para el fondo monetario que tendrá cada uno y que podrán gastar bajo rendiciones, facilitando su labor senatorial. Pregúntese usted, ¿Qué haría si le subieran su sueldo en 20%? Aquí me podrán decir “oye, no es un aumento del sueldo, son las asignaciones, que además se rinden”, y tendrían mucha razón, pero cuando uno ha visto las “magias” que se pueden hacer para rendir un ítem, créanme que a nuestros honorables senadores no les costará nada juntar alguna boletas que sirvan para rendir esos 2 millones extra. Pero sabe que, yo no critico que a los parlamentarios de nuestro país se les de plata para asignaciones. Ellos tienen un trabajo importante que hacer, y para eso, tienen que incurrir en gastos varios. Pero, hay cosas que a uno simplemente no le cuadran.
Partamos desde el principio. Primero, quiero felicitar a los parlamentarios de nuestro país. Para los que dicen que son “estúpidos”, no podrían estar más equivocados. Estos honorables decidieron crear un poder independiente a ellos, externo, que le llamaron comisión. ¿Qué haría este grupo de eruditos? Ni más ni menos que evaluar los aumentos monetarios que “sufrirían” los parlamentarios. ¿Entendió la movida maestra? Se la explico. Al tener un organismo externo, “independiente”, los parlamentarios pueden alegar inocencia, pero al mismo tiempo, no pueden hacer (mejor dicho, no quieren hacer) nada para evitar lo que se decida en dicha comisión, por lo que tendrán que (lamentablemente) aceptar lo que digan. Y si el pueblo se enoja, ¿qué dirán los honorables? “la decisión no fue nuestra, fue de la comisión externa”. Brillante, por decir lo menos.