El Chino que la lleva
Por Jorge Diaz
Si hacemos una encuesta entre los distinguidos visitantes de este blog acerca de quién es el deportista chino por excelencia de los próximos Juegos Olímpicos, seguramente la respuesta sea una sola: Yiao Ming. En cambio, si esa misma pregunta la formuláramos en pleno centro de Beijing, la respuesta sería otra: Liu Xiang. Pero ¿quién es este Liu Xiang?
Se trata, ni más ni menos, que del actual campeón olímpico de los 110 metros con vallas. Un atleta de elite que, cosa rara entre los orientales, se maneja como pez en el agua con los medios y con ciertas costumbres más bien atribuibles a la cultura occidental o, derechamente, pop. ¿Cómo así?
Liu es un invitado habitual a los programas de TV chinos y no sólo en los que se dedican a los deportes. Piensen en el apogeo de Viva El Lunes y en Iván Zamorano o Marcelo Salas, algo por el estilo. Además, ya dejó claro que una vez que cuelgue las zapatillas de clavo, lo suyo será la actuación, aunque con el micrófono en la mano y esta moda del karaoke tampoco lo hace mal.
Sin embargo, si algo le faltaba a Xiang para ponerle un pie encima –en sentido figurado, claro está- al gigantón de 2,26 metros, estrella de los Houston Rockets y premiado por el gobierno chino como el trabajador ejemplar del año 2005, Yiao Ming, era achacarle su poca generosidad y, aprovechando la coyuntura que significó el terremoto de Sichuan, Liu Xiang lo hizo. ¿Cómo? donando de su propio bolsillo cerca de medio millón de dólares, el doble de lo entregado por la estrella de la NBA. ¡Chas!
Pero aún hay más. No contento con aquello y tras asegurarse contra cualquier tipo de lesión por más de 13 millones de dólares, el bueno de Liu hizo lo mismo con otros 100 atletas de la delegación china. Como para elegirlo compañero del año ¿no?
Muchos se preguntarán de dónde viene tanta plata. Pues bien, después de su éxito en Atenas, los bonos de Liu subieron y empresas como Nike, Coca Cola y Cadillac se acercaron para ofrecerle jugosos contratos publicitarios (no hace falta dimensionar el tamaño del mercado chino ¿o sí?), situación que puso en jaque la estricta normativa china al respecto. Luego de un par de reuniones, el sueldo anual de Liu pasó de 40 mil a 6 millones de dólares al año, claro que el fisco chino recibe una tajada similar.
Ya lo saben. Cuando llegue el día de los 110 metros planos y vean a Liu Xiang en el partidor, podrán jactarse de conocer antes de tiempo lo mismo que, seguramente les dirán Solabarrieta, Vacarreza y compañía.